Debo
empezar por mencionar que América Central es una de las regiones más propensas
a sufrir desastres en el mundo; los huracanes, terremotos, sequías,
inundaciones y las erupciones volcánicas, constituyen las principales amenazas.
Opte por
esta noticia esta semana por que nos lleva a darnos cuenta de que hay otros factores que combinados con las
amenazas hacen más vulnerable a la sociedad como son:
la
concentración en zonas de riesgo de grupos sociales muy vulnerables con una
baja capacidad económica para absorber el impacto de los desastres y
recuperarse de sus efectos; el mal uso de la tierra y los asentamientos humanos
en áreas propensas a amenazas; la débil capacidad de reducción y gestión del
riesgo dentro de los procesos de desarrollo por parte de instituciones públicas
y privadas y de los gobiernos nacionales y locales; el proceso acelerado de
urbanización sin adecuadas medidas de gestión ambiental; insuficientes dotaciones
de infraestructuras de drenaje fluvial, doméstico o industrial e insuficientes
sistemas de distribución de agua potable; así como también la marginación económica y las pobres
condiciones de empleo, educación y salud constituyen componentes importantes de
una vulnerabilidad social aguda.
Yo considero
que se debe enfatizar aun más las medidas ya contempladas en el supuesto de que
se realicen los desastres naturales; con
ello me refiero a que se deben promover aun más las políticas, planes, estrategias y proyectos
para protección de la sociedad.
Así
como también considero que debe ampliarse la participación de otros sectores institucionales y sobre todo de
la sociedad civil; se debe además fortalecer las capacidades locales para la reducción del
riesgo y la respuesta a desastres.
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